viernes, 21 de septiembre de 2012

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Si me rendí, si lo sé, rendirse es de débiles, de gente que no sabe luchar, o que le da miedo la batalla final. ¿Pero cuánto tiempo más tenía que estar soportando eso? ¿Hasta que tu te cansaras de andar con diferentes chicas? Que aun que parezca que no, todo aquello que hiciste me destruyó por dentro, traspasaste mi muralla, mi muro de defensa, lo rompiste, no dejaste ni rastro de él, y entraste como si todo fuera tuyo y lo destruiste todo como los soldados de Troya, si igual, ¿Qué fácil no? Y después te vas, y me dejas allí en medio de aquella nada que creaste, de aquel vacio, me sobraba aire, me faltabas tu, tu calor. Me dejaste sola, y me toco reconstruir ladrillo a ladrillo aquella muralla, y al fin termine, y tú te quedaste al otro lado. Intente millones de veces olvidarme de ti, y no lo conseguí, pero recordé que todavía mi muralla no estaba terminada, que aun estabas allí observando como yo te echaba de menos.

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