miércoles, 19 de septiembre de 2012

Convertiste un sueño en millones de lágrimas

Recuerdo las noches que me pasaba llorando por ti, por que echaba de menos que me abrazaras o que me susurraras un te quiero al oído y que abrazaba a mi peluche para consolarme. Si, aun recuerdo aquel día de verano, esa noche en la que te envié aquel privado, diciéndote todo lo que sentía por ti, y que aun sabiendo tu respuesta, me puse a llorar cuando la leí. Por un momento llegue a pensar que aun te gustaba, que aun me querías, pero poco a poco me fuiste demostrando que me equivocaba. Pero yo seguía soñando, seguía teniendo la esperanza de que llegara el invierno otra vez, de que volviera a empezar diciembre, que hiciera frio, y que llegaras tu y me soltaras un te quiero y que a los días después me abrazaras cuando estaba helada de frio. Pero esa ilusión se fue haciendo más pequeña, se hizo como una bombilla, que cuando lleva mucho tiempo usándose empieza a perder su brillo.
Nadie merece tus lagrimas, y quien las merezca no te hará llorar

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