Hasta hace unos días estaba confusa, sabía que quería verte,
que necesitaba que me abrazaras, pero me daba vergüenza, si, ya sabes cómo soy,
me daba vergüenza ir hasta allí. Pero lo hice, trague saliva y me subí a aquel
cuad para ir a verte y ahora mismo no me arrepiento de haberlo hecho, me
hiciste sentir como una princesa, conseguiste hacerme feliz, tú fuiste el que logró
que me olvidara de aquel amor por el que había estado sufriendo durante tantos
meses, tú fuiste capaz de sacarme esa sonrisa de niña pequeña cuando más
necesitaba a alguien para que lo hiciera. Me hiciste darme cuenta de que de
verdad te quiero, de que no eres un capricho pasajero. Cuando volví lo único que
quería es que llegara el viernes para poder estar otra vez contigo, para poder
pasarme la tarde entera abrazada a ti. Pero al día siguiente estabas allí, en
aquel coche, dispuesto a llevarme a tu pueblo, para que estuviera contigo, para
pasar otra tarde entera juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario