sábado, 17 de noviembre de 2012

La peor puñalada

Un último beso, un último abrazo, una última mirada, una última sonrisa, una última caricia. Adiós. Te das media vuelta, empiezas a caminar dejándole atrás, mientras el mira como te vas, te vas con una esperanza de poder verle al día siguiente. Y de repente ¡ZAS! Una puñalada, como un tortazo, un puñetazo en todo el pecho, te dicen que no, que mañana no le vas a ver, tienes ganas de llorar, de consolarte abrazando la almohada, pero hoy ni eso consigue calmar esas ganas de abrazarte, de tenerte ahí a mi lado. Y empiezan a caer las lágrimas pero nada, esa rabia de querer verte y no poder, no se va, sigue ahí, el vacío de que no estás. Abrazarme a mi peluche, pero nada, ni la canción más movida, la que más me motiva, la que consigue que me levante y me ponga a bailar como una loca, hoy no consigue nada. ¿Qué cojones pasa hoy? Nada consigue calmarme, cada vez te echo más de menos, cada segundo que pasa tengo más ganas de llorar, de pegarle a la pared, de lanzar algo y que se rompa. Y es que poco a poco te has ido convirtiendo en algo esencial para mi vida, incluso más importante que respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario