Ya hace mucho tiempo que no escribo, quizá sea porque se me ha
terminado la inspiración, porque siempre es lo mismo. Me siento mal, vacía, que
me falta algo, bueno alguien, tú, tengo que aguantarme las ganas de abrazarte,
a veces busco el consuelo en ellas, las de siempre, las de toda la vida, las
que están ahí para lo bueno y para lo malo, pero no es lo mismo, nada se
compara con tus abrazos, ese beso en la frente, que me cojas y me
despeines. Que me digas algo que haga que parezca que no te importo, que finja
que me enfado y me vaya por el camino contrario al tuyo, y cuando me dé la
vuelta tú también lo hagas y vengas a darme un abrazo. Y cuando estoy contigo,
haces que no pueda dejar de sonreír, no quiera que eso se acabe, pero ocurre,
llega la hora, yo me tengo que ir, y que algo en mi me diga que me ponga a
caminar hacia el coche que es tarde que mi madre ya me ha llamado unas cuantas
veces, pero otra parte de mi me dice que me quede ahí, abrazándote, que no me
separe de ti, pero me voy, te dejo allí y yo me largo, no sales de mi cabeza en
todo el camino. Y después de eso otra vez al principio, a volver a echarte de
menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario